Gracias al psicoanalisis

Que agradecida estoy por y para el psicoanálisis. La transmisión y la vivencia de tal permite que la persona pueda descubrir su libertad y hacerse de participe de tal. La libertad entendida no como hacer lo que se quiera, sino estar en el camino del deseo, del ir haciendo tejido y trama. La posibilidad de escuchar nuestro interior y delimitar el territorio de la queja para conquistar el lugar del deseo es todo un desafío que vale la pena ser vivido. No hay nada más liberador que acercase a la esencia y no hay nada más costoso que pagar el precio por nuestro deseo. El no estar atados a etiquetas y miradas que rotulan permite que la persona pueda auto descubrirse y a la vez desconocerse. Enfrentándose a un desconocimiento mayor…pues se encuentra hablando y haciendo cuestiones que evita, postergaba o renegaba.

La idea de comenzar un análisis ya implica una entrada en un mundo nuevo. Un lenguaje diferente, donde las palabras toman un lugar especial. Tienen colores, formas, sombras y luces. Un arte de puntuar, exclamar y resignificar tenemos los analistas pues nos pagan por olvidarnos de nosotros y dar existencia a una subjetividad que por momentos, días y algunos épocas termina siendo anulada.

Vamos al rescate, vamos a las operaciones y vamos a los incedios. Haciendo oído donde el deseo no era escuchado. Separamos lo que no es representativo, lo que habla del sujeto y damos lugar al nacimiento, a las apariciones y a las sutiles muestras, piscas, rasgos del sujeto.