Pasar del por qué al PARA QUE
Pasar del por qué al PARA QUE
La pregunta más frecuente que solemos hacernos es por qué nos pasa esto. El poder pasar a la pregunta para que implique querer salir de un lugar de víctima o de un lugar pasivo donde la vida y lo que sucede alrededor de ello, tiene que ver con algo que esta fuera de nosotros.
Se suele desconfiar de que uno tenga tanta responsabilidad de lo que nos sucede hasta que lo comprobamos. Cuando pasamos a comprobar que somos creadores y protagonistas de nuestras vidas aparece una nueva dimensión de la realidad. Dejamos de verla como una obra de teatro a pasar a vivirla como. Cuando valorizamos que lo que nos pasa es un momento más en nuestras vidas para CRECER, PARA Cambiar para avanzar empezamos hasta agradecer lo que nos sucede parece que entramos en un círculo de vida. Nos alejamos de círculos que van hacia hábitos que nos dañan y empezamos a sentir que aparecen personas, circunstancias y actividades que nos modifican, nos transforman nos hacen más HUMANOS. Ahí pasamos de ESPERAR a DAR, de anhelar a construir. Todo eso sucede cuando descubrimos:
- el poder de la palabra
- del encuentro con el otro
- del reconocimiento de nuestras emociones y de lo que estamos pensando en ese momento
- de captar lo que nos preocupa sin identificarnos con eso
- de transformar eso a un transcurrir diferente
- cuando de la dicotomía: estar mal, mal día pasamos a hacer a construir algo diferente.
- No existe el ideal, la completud
Si pasamos de sufrir, de quejarnos y de esperar aparece en nuestra vida la sensación de vida, de sentir que estamos para algo y por algo. Cuando dejamos de mirar hacia afuera, de compararnos y de sentir que lo de afuera es mejor aparece una energía,una presencia interna que nos hace sentir que somos únicos, que estamos vivos y que ya ni daño, ni queja ni sufrimiento nos alimenta. Ahí empezamos una rueda que nos hace avanzar. La mente pareciera que se DETIENE, nos ayuda a transcurrir los días y el corazón aparece acompañarnos sintiendo confianza en su palpitar como lenguaje.
Cuando el encuentro con nosotros mismos se torna sagrado y el sentir lo que nos sucede hace que podamos cambiar lo que nos molesta o nos disgusta. Cuando empezamos a valorar nuestros momentos, nuestra vida y nuestro ser ahí empezamos a respetar nuestra voz interna y nuestro sentir.
Cuan valioso es compartir con otros y a la vez uno con uno mismo la vida desde esta RUEDA. Una rueda cuyo motor es la energía psíquica que se genera a partir de nuestro ser interno
¿empezamos a comprendernos?